La Sala Espacio presenta el trabajo visual de artistas musicales o artistas visuales con referencias musicales. El título hace referencia a la canción "video kill the radio star" lanzada en 1979 por el grupo británico The Buggles.
En este contexto artístico, y casi como orden en un comando de video juego, La Sala propone a 5 artistas creativos el tema de kill art a partir de las exploraciones experimentales visuales de cada uno.
Gustavo Hernandez, alias "catsup"', de Happy-Fi, haciendo eco al trabajo de video instalación desarrollada en los finales de los 70 y principios de los 80, propone la creación de un tipo isla con elementos de desecho tales como tierra para abono, ductos para aire, madera de triplay usada y puertas metálicas donde proyecta una serie de texturas visuales que junto con las lámparas tipo leeds incorporadas en cráteres luminosos. El titulo no deja de ser auditivo aun así que la pieza no contiene audio, DEI DEI DEI, DO, DO, DO.
La pieza siguiente que La Sala presenta es los objetos escultóricos de la artista visual Gabi Fuentes, excelente ilustradora egresada de la UDEM, con una prometedora carrera en las artes visuales. Las muñecas como ella denominada a sus esculturas de materiales reciclables, son una alegoría a los objetos idealizados de los ochentas en trabajos como Amelie, garbage patch kids y demás objetos de cultos que la industria "dark", etiqueto. Sin embargo la relectura que Fuentes provee es que aparte de individualizarlos al dotarlos de nombres específicos, les recrea una ornamentación específica a cada uno. El mayor logro de Gabi es embellecer al objeto de desecho sin crítica, solo como reflejo de una sociedad donde el artificio es la solución más puntual de la vanidad.
La pieza mas inquietante y no solo por sus dimensiones sino por el magnetismo visual que ejerce en el espacio es la presentada por Jorge Nájera, formado como artista visual ha fluctuado entre entre una rama creativa al desarrollar su trabajo creativo musical y visual a la par.
La artesanía que pudiera parecer en primera instancia ya que la perforación de remaches sobre una superficie plana de acero inoxidable es un trabajo con referencia al repujado, se desvanece con una segunda lectura en el titulo de batallas de drogomanía, referencia al escudo y probablemente un juego de palabras entre la drogomanía que es la enfermedad esquizofrénica del andar, del movimiento.
La acción repetitiva de perforar una superficie con un diseño ornamental central le dota al significado de andar, (dromos proviene del griego que significa camino) un baraje cíclico respetivo que es donde descarga toda su fuerza emocional a la pieza.
Prevalece en el corredor del espacio los dibujos imaginativos de Tony Hernández, vocalista del grupo el Gran Silencio y figura pública principal. No solo presenta su bestiario visual en papel sino reinterpreta los signos y con herramientas digitales interviene fotografías cual lienzos donde la imagen más inquietante es la pieza que enmarca tal evento. 
Una mano brota de la cabeza de un personaje que lejos de ausentarse ante tal suceso se reconforta de su propia suerte. La conciencia como rasgo distintivo del ser humano puede ser contraproducente al momento que en la sociedad global, el individuo solo se reconoce por su labor funcional en el ajedrez de la plusvalía económica y su digestión consumista.
Fat Mariachi, integrado por Daniel Lara, Kai Kraatz, y Carlos González degustan un performance 
auditivo sin contemplaciones, donde la escena se convierte en carnaval festivo y la sombra de un caudillo, si es que alguna vez la hubo, se desvanece al escuchar los primeros samplers. La iconografía que representa el charro es re inventada en cada acorde, en cada monologo textual con el público. La seriedad y la figura pública representada en el rock star es solo un pretexto para convertirse en nuestros alters egos. Y donde el juego es solo de aquellos que pueden entonar un chale en una poesía musical.
http://www.myspace.com/Fatmariachi
Las obras y acciones presentadas en la La Sala, no tiene ningún dialogo entre ellas ni pretenden tenerlo, no hay una curaduría clásica, si es que existe tal termino tan aséptico.
La Sala no pretende divinizar al objeto y crearle su aurea, no hay similitud de discursos, el pretexto y la finalidad es ampliarlos canales de filtración que el mercado del arte impone.
Con el único objetivo de cuestionar y propiciar con otros autores ajenos al quehacer del arte, una reflexión a la validez y significado de objetos denominados artísticos en nuestra vida cotidiana.
Lorenzo Ventura
arte y curaduria
La Sala Espacio
obras de David Meraz. 6 estudios para pajaros disecados, sala alterna, La Sala Espacio
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